Diccionario

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Pentateuco El Pentateuco (del griego “Las Cinco Cajas”, de penta, “cinco” y téukos, “caja”, por los estuches cilíndricos donde se guardan, enrollados, los textos hebreos) es el conjunto formado por los cinco primeros libros de la Biblia, que la tradición atribuye al patriarca hebreo Moisés
Plata Simbolo de redención, precio de un alma. Exo 30:11-16; 38:25-28; Lev 5:15; Lev 27:3-6; Num 3:46-51; Mat 27:3-9.
Predestinar, Predestinación Se refiere a la doctrina según la cual Dios ha dispuesto todo lo que ha de ocurrir, afirmando empero que El no es el autor del pecado. Dios emplea , no obstante, cosas que en sí son pecaminosas para Su propia gloria y propósitos. Por ejemplo, la crucifixión de Cristo fue causada por hombres pecadores que injustamente llevaron a la muerte a Jesús (Hech. 4:27); sin embargo, a través de esa muerte, somos reconciliados con Dios (Rom. 5:10). Según la doctrina de la predestinación, es Dios el que decide quién ha de salvarse (Rom. 9:16) y ello no depende de los deseos de cada persona (Juan 1:13). Dios es quien dispone al cristiano para perdón: "...y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna (Hech 13:48). Asimismo, dice Pablo: "A los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó." (Rom. 8:29-30). Otros pasajes a ser examinados son Efe. 1:4,11 y Rom. 9; vea también Elección y Soberanía.
Presciencia Es el conocimiento anticipado de las cosas que ocurrirán; la presciencia es un atributo de Dios. El pasado, presente y futuro son todos en un sentido "presentes" en la mente de Dios. El habita en la eternidad (Isaías 57:15) y tiene conocimiento infinito (Isaías 41:22,23). Por tanto conoce todas las cosas de antemano. En el N.T. el término puede significar asimismo "causar que algo ocurra"; vea 1 Ped 1:2,20.
Pretorio Se llamaba entre los romanos a la tienda del general o comandante en el ejército. Por extensión, a la residencia del gobernador de la provincia o la ciudad. También al cuartel donde se alojaban las tropas.
Profeta Un profeta es básicamente un vocero de Dios, un mediador entre Dios y los hombres que les comunica a estos la Palabra de Dios, que ha recibido directamente de El. Cuando un profeta habla en calidad de tal, es inspirado por el Espíritu Santo (2 Ped. 1:19-21) y por tanto libre de todo error. No obstante, el profeta no es una marioneta ni un simple repetidor de lo que ha recibido. Por el contrario, retiene su propia voluntad, inteligencia y pensamientos mientras comunica fielmente lo que Dios quiere decir. Dios pone palabras en boca de los profetas (Deut. 18:18; Jer. 1:9). Un profeta es un siervo de Dios (Zac. 1:6) y Su mensajero (2 Crón. 36:15). Las profecías pueden clasificarse en tres categorías: concernientes al destino de Israel y de las naciones paganas, a Cristo (mesiánicas) y al fin de los tiempos (escatológicas). Otra forma de verlas es en relación al tiempo. Algunas profecías se refieren a la interpretación divina de hechos pasados, otras a la situación entonces presente, y otras al futuro; sólo estas últimas son predictivas. El cumplimiento de las profecías del A.T. en Cristo es una de las evidencias más fuertes a favor de la autoridad e inspiración divinas de la Biblia. La expresión "La Ley y los profetas" se refiere a los escritos del A.T. divididos en dos categorías. La Ley es el Pentateuco, y los Profetas el resto de las Escrituras. Más frecuente, y vigente hasta hoy en la Biblia hebrea (el A.T.) es una división triple: La Ley de Moisés, los Profetas y los Salmos (Luc. 24:44). En tal caso, los "Profetas" incluyen los libros históricos y los libros proféticos, y los "Salmos" comprenden no sólo el libro de este nombre, sino también otros libros poéticos y sapienciales (Job, Proverbios, Eclesiastés y Cantares).
Propiciación El acto de propiciar involucra quitar la ira por medio de una ofrenda. Su significado se superpone con el de expiar, pero el concepto de Expiación no tiene la connotación de apaciguar la justa ira de Dios contra el pecador. Para el cristiano, la sangre derramada por Cristo en la cruz fue tanto una expiación como una propiciación (Rom. 3:25). La obra de Cristo quitó la ira de Dios de modo que el pudo pasar "por alto, en su paciencia, los pecados pasados" (Rom. 3:25). El Padre envió al Hijo para ser la propiciación (1 Juan 4:10) por los pecados del mundo (1 Juan 2:2).
Reconciliación Quita la enemistad entre Dios y el hombre.
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