El ministerio de Pablo

Galatas 1

11. Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre;

12. pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.

13. Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba;

14. y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.

15. Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia,

16. revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre,

17. ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.

18. Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días;

19. pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor.

20. En esto que os escribo, he aquí delante de Dios que no miento.

21. Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia,

22. y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran en Cristo;

23. solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba.

24. Y glorificaban a Dios en mí.

Galatas 2

1. Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.

2. Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles.

3. Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse;

4. y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud,

5. a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros.

6. Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron.

7. Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión

8. (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles),

9. y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.

10. Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer.