El ministerio de la reconciliación

2 Corintios 5

11. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias.

12. No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían en las apariencias y no en el corazón.

13. Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros.

14. Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron;

15. y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

16. De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.

17. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

18. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;

19. que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

20. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

21. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

2 Corintios 6

1. Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios.

2. Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.

3. No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado;

4. antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias;

5. en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos;

6. en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero,

7. en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra;

8. por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces;

9. como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos;

10. como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.

11. Nuestra boca se ha abierto a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha ensanchado.

12. No estáis estrechos en nosotros, pero sí sois estrechos en vuestro propio corazón.

13. Pues, para corresponder del mismo modo (como a hijos hablo), ensanchaos también vosotros.